Dificultad para respirar

 

La dificultad para poder respirar, médicamente conocida como disnea, es uno de los avisos más habituales antes de un ataque al corazón, siendo más habitual entre las mujeres. Este es uno de los síntomas que se deben de tener más en cuenta, pues se puede manifestar meses antes de sufrir el infarto, por lo que te puede ser de ayuda para detectarlo antes de que produca daños graves.

 

Por lo general, esta dificultad de respirar suele ir acompañada de una intensa fatiga, algo que provoca que se pase por alto, ya que generalmente se asocia antes a otros problemas respiratorios que a problemas cardíacos, por lo tanto, en cualquier momento en el que te quedes sin aire sin una causa aparente o te sientas mucho más fatigado de lo normal, la mejor opción es ir al médico para que te haga un revisión general y descartar que tengas las arterias demasiado obstruidas.

 

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Sudar más de lo normal

Cuando la sangre se encuentra con dificultades para pasar por las arterias debido a su obstrucción, el corazón se ve obligado a bombear más y más fuerte, haciendo más esfuerzo, lo que provoca que se dispare la temperatura corporal. Nuestro cuerpo tiene su propio sistema de regulación de la temperatura y la sudoración forma parte de estos mecanismos, por eso, si empiezas a sudar excesivamente o más de lo normal puede ser que estés a punto de sufrir un infarto.

 

Habitualmente, la gente que ha sufrido un infarto los describen como sudores frío y piel húmeda sin una razón aparente, una sudoración que suele aparecer días antes de que se produzca el ataque al corazón, por lo que ante la presencia de estos síntomas es muy recomendable dirigirse al hospital, para poder tratar con antelación cualquier anomalía que pueda haber en tu sistema cardiovascular.

 

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Náuseas y vómitos

Esta síntoma es importante, sobretodo en las mujeres, pues ellas son el doble de propensas a padecer este síntoma que los hombres. El problema de este aviso de infarto es que los problemas digestivos, entre los cuales destacan las náuseas y los vómitos, se suelen asociar a otro tipo de enfermedades distintas a los problemas cardíacos.

 

Así pues, es más fácil de identificar este síntoma como precedente de un infarto si no sueles tener problemas digestivos, no obstante, aunque habitualmente tengas malas digestiones y dolores de barriga, si se te presenta junto con alguno de los otros síntomas que hemos mencionado anteriormente es señal de que algo no va bien en tu cuerpo y debes ponerle remedio.

 

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Dolor en el pecho

El dolor en el pecho es el aviso más conocido del infarto y aunque no todos los infartos vienen precedidos por él, sí que es el síntoma más característico de esta afección.

 

Este dolor se suele presentar en el pecho y por toda la zona del tórax, sintiéndose como una especie de opresión que se extiende hacia la espalda, hombros, brazos -normalmente el izquierdo- y mandíbula por alrededor de unos 15 minutos.

 

Puede ser que el dolor sea intermitente, con fases más agudas y fases en las que va disminuyendo, no obstante, es necesario saber que ni el grado de dolor ni su intensidad son indicadores de la cercanía ni gravedad del infarto.

 

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La importancia de reconocer los avisos

La frase popular que dice que siempre es mejor prevenir que curar toma especial relevancia cuando las consecuencias de no prevenir pueden ser potencialmente mortales. Si notamos cualquiera de estos síntomas, vengan acompañados de otros o no, lo mejor que puedes hacer es ir al hospital o llamar al servicio de emergencias.

 

El 95% de las muertas producidas por ataques al corazón podrían ser evitadas de haber sido tratadas por anterioridad, por lo que, es preferible pasarse de previsor e ir al hospital sin tener realmente un infarto, que sufrir los síntomas en silencio sin atención médica pues, siendo atendido a tiempo, las posibilidades de sobrevivir a esta dolencia son mucho más altas.

 

Consejos para prevenir un infarto

La mayoría de los infartos vienen provocados por malos hábitos de vida y por el consumo de substancias nocivas, por lo tanto, en gran parte podrían ser evitados siguiendo unos sencillas normas en el día a día:

 

• Dejar de fumar, en el siguiente artículo te damos algunos consejos sobre cómo hacerlo.
• Vigilar los niveles de colesterol.
• Prestar atención a los niveles elevados de tensión arterial.
• Mantener una buena dieta para evitar el sobrepeso.
• Practicar ejercicio regularmente y evitar llevar una vida sedentaria.
• No abusar del alcohol ni consumir otras drogas.
• Si tienes algún familiar directo que ha padecido un infarto debes prestar especial atención a tu salud cardiovascular, pues el riesgo de tener un ataque al corazón es hereditario.

 

Este artículo es únicamente informativo

 

¿Cómo identificar si una persona está teniendo un infarto?

 

El síntoma más común es el dolor en el pecho, generado por la privación de oxígeno en el músculo cardíaco. Los pacientes suelen describir esta sensación como si se tratara de un fuerte pinchazo. El dolor puede extenderse hacia el brazo izquierdo, la mandíbula, la espalda o el abdomen. Al cambiar la postura, el dolor, además, no remite ni se desplaza.

 

En muchas ocasiones el infarto no es tan súbito ni tan dramático como sucede en las películas. Algunas personas sienten nauseas o dificultades respiratorias (hiperventilación, sensación de ahogo, jadeos...). Los indicios suelen ser menos evidentes en el caso de las mujeres y los ancianos. En estos grupos, la debilidad y la sensación de cansancio pueden ser también una señal relevante. Piel fría, sudorosa y ligeramente azulada son tres indicadores que pueden estar señalando el problema.

 

 ¿Cuándo debe consultar a un  médico?

 

Acudir cuando notamos que algo no marcha bien puede evitar más de un susto. Por eso es importante prestar atención a ciertas señales de alarma con las que nuestro organismo nos avisa de que necesitamos acudir al médico.

 

Estos cuatro síntomas son algunos de los que merecen que observemos con calma:

 

• Disfunción eréctil
• Fatiga y cansancio intensos
• Presión en el pecho
• Palpitaciones

 

 

 Si crees que puedes tener una enfermedad cardíaca, según los signos o síntomas  que estás teniendo

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